sábado, 5 de abril de 2008

Una última mano


Mi hermano grande me da una entrada para ver a Les luthiers, si le cuido a los nenes algunos días. Con cuatro veces es suficiente para desquitar la entrada. Yo llevo todos los días contados, ya la re pagué, pero él está convencido de que me falta cuidarlos una vez más.
Tengo que copiar el mail que me mandó, para pedirme que fuera. Qué forma de chantajear a su propia hermana.

“Che, gracias por lo de ayer [que fue cuidar a las criaturas]. Tengo que pedirte una última mano. Mañana viernes tengo un casorio. Ponele que me tengo que ir a las 21:30. Podés ir a quedarte con los pibes

GRACIAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Ohhhh, vamo Les luthiers, les luthiers, les luthiers vamos Les luthiers!!!!!”

Yo quería ir, pero me invitaron a un cumple y no pude. Ya le daré una última mano. Todo sea por ir a ver a Les luthiers

2 comentarios:

Arkadia dijo...

Cuando era chica, mi hermano me pagaba para que lavara los platos los días que le tocaba a él y para que le fuera a comprar caramelos. Yo accedía por chirolas. Soy fácil de convencer.

Puedo advertir lo que se me viene cuando tenga sus niños.

Minerva dijo...

Yo vi a esos magnates del humor la última vez que estuvieron en el Conrad. Vale la pena. Por lo otro, todos tenemos un precio, aunque cueste decirlo. El mío encuentra su límite de negociación cuando se trata de mis hermanos. ¡Hay que ver lo que son capaces de pedir! Esos atrevidos...