El abuelo de un amigo me preguntó una vez si sabía por qué se hace chin chin. Yo no supe qué responder. Entonces me dio la respuesta: es para que participen los cinco sentidos. Siempre están presentes cuatro: el tacto, porque agarramos la copa o el vaso; la vista, porque vemos el contenido; el olfato, porque lo olemos (sobre todo si se toma vino) y el gusto; porque lo tomamos; sólo falta el oído, es por eso que las personas brindan, para oír el chin chin.
domingo, 30 de septiembre de 2007
jueves, 13 de septiembre de 2007
Mi mejor mañana
Hoy me toco ir a la DGI para hacer unos trámites de mi hermano Ismael. A 9:30 estaba en la puerta. En informes pregunto dónde tengo que ir para buscar el material que precisaba, y el señor me señala con el dedo: averigua en esa cola, la que está al lado de la bandera de Artigas. Voy a la cola. Y como me lo veía venir, cuando llega mi turno el señor que está detrás del mostrador se va. Volvió a los 10 minutos. Me dio mi número, el 580, y me fui para esperar mi turno sentada. La pantalla con los números indicaba que estaban atendiendo el 510, sólo tenía que esperar que atendieran a 70 personas más. Después de esperar una hora, la pantalla indica el 579, me toca a mí. Pero, la chica que tenía que atenderme saca el café y las galletas. Me atiende quince minutos después. Me levanto, le pido las cosas que preciso. Dos minutos después fui al piso cinco a buscar el resto de las cosas que Ismael había pedido. En el quinto piso me fue re bien. La chica que me atendió era de lo más simpática, en diez minutos resolvió todos los problemas.
Bueno ahora me falta tomar un taxi y llevarle las cosas a mi hermano al trabajo. Llego y le doy los papeles. Le pido la plata para el ómnibus que tenía que tomarme para poder ir al trabajo. Tomé el 192 con destino a Manga. A tres paradas de mi parada, la nena que estaba sentada frente a mí se pone a vomitar, me mancha las botas, casi me muero. Tenía que ir a trabajar. Pero la cosa no se acaba acá, al papá de le nena se le ocurre que la mejor manera de limpiar el enchastre de su hija es tirar el agua hirviendo (que llevaba en el termo) sobre mis zapatos. Lo que logro fue: desparramar el vomito y provocar una nube de vapor, con un olor muy desagradable, que inundó todo el ómnibus. Bajé y fui hasta la UM, pedí un trapo y limpié las botas. De la UM derecho al colegio para repartir a los nenes a sus casas.
Tuve una espera de una hora y media para un trámite de doce minutos y encima casi me tengo que ir a trabajar con los pies vomitados.
Bueno ahora me falta tomar un taxi y llevarle las cosas a mi hermano al trabajo. Llego y le doy los papeles. Le pido la plata para el ómnibus que tenía que tomarme para poder ir al trabajo. Tomé el 192 con destino a Manga. A tres paradas de mi parada, la nena que estaba sentada frente a mí se pone a vomitar, me mancha las botas, casi me muero. Tenía que ir a trabajar. Pero la cosa no se acaba acá, al papá de le nena se le ocurre que la mejor manera de limpiar el enchastre de su hija es tirar el agua hirviendo (que llevaba en el termo) sobre mis zapatos. Lo que logro fue: desparramar el vomito y provocar una nube de vapor, con un olor muy desagradable, que inundó todo el ómnibus. Bajé y fui hasta la UM, pedí un trapo y limpié las botas. De la UM derecho al colegio para repartir a los nenes a sus casas.
Tuve una espera de una hora y media para un trámite de doce minutos y encima casi me tengo que ir a trabajar con los pies vomitados.
jueves, 6 de septiembre de 2007
El loro y el hombre
Había un hombre que tenía un loro pesado y maleducado. Se pasaba todo el día diciendo insultos (que no puedo repetir). El hombre lo amenazaba con castigarlo, si seguía siendo así de atrevido, pero al loro no le importaba nada. Un día el hombre cansado de su loro lo agarró y lo metió en la heladera para ver si se tranquilizaba. El loro paso todo el día en la heladera, porque el hombre se había olvidado de él. Cuando llegó el hombre a la casa y abrió la heladera para sacar comida, se encontró con el loro que tiritaba de frío. Miró al loro y le preguntó: ¿aprendiste la lección?, ¿ahora te vas a portar bien?, ¿vas a ser más educado? El loro lo miró y le respondió que sí moviendo la cabeza, mientras que tiritaba. Cuando terminó de responder, el animal miró el pollo que estaba en la heladera a su costado y le preguntó al hombre: ¿este qué hizo?
lunes, 3 de septiembre de 2007
Ánimo para las Ánimas
Fuimos Vicky, Vircky, Josean y yo a la Sierra de las Ánimas. Llegamos a la Sierra y después de una charla con la cuidadora pudimos empezar a subir. Teníamos instrucciones de: no tirar papeles ni cáscaras, no matar ningún bicho (si no recuerdo mal Josean mató dos mosquitos) y no cortar nada (si no recuerdo mal corté un hongo). Durante todo el camino Vicky pasó sacando fotos con mi cámara (aprendió a manejar los tiempos de obturación) totalmente copada. Llagamos a la cima y comimos algo. Después la bajada hasta los Pozos “Azules” o Pozos “Rojos”, creo que fuimos a las rojos, pero como no se notan los colores, no estoy muy segura. Los nombres: Espejo de la Luna, Espejo del Guardián y Espejo de la Cuevita. “Cañadón de los Espejos, un hermosísimo arroyo serrano, de aspecto virgen y selvático. Una verdadera belleza, con sus 8 hermosas piscinas, dónde 3 de ellas que se alimentan unas a otras con cascadas formando una escalera de agua.” http://www.sierradelasanimas.com/
De vuelta en Montevideo fuimos a comer a Medialunas Calentitas.
Un domingo espectacular. Hay que hacer lo mismo pero en el Cerro Pan de Azúcar.
Fotos: con Vicky y Vircky en el Espejo de la Luna, con Josean en la cima de la Sierra.
P.D.: Hoy es el cumpleaños de mi amiga Patricia “Áspera” Vaz Tourem. Pato, muy feliz cumple!!
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