Cuando veo la foto, me acuerdo perfecto del momento en el que la saqué. Fue en el zoológico de Salto el 14 de julio de 2005. Fue al mediodía, había sol y hacía mucho frío. La canción que se me vino a la cabeza, cuando vi los ojos tristes del animal, fue esta.
El Oso
Yo vivía en el bosque muy contento,
caminaba, caminaba sin cesar,
las mañanas y las tardes eran mías,
por la noche me tiraba a descansar.
Pero un día vino el hombre con sus jaulas,
me encerró y me llevó a la ciudad,
en el circo me enseñaron las piruetas
y yo así perdí mi amada libertad.
Conformate, me decía un tigre viejo,
nunca el techo y la comida han de faltar,
sólo exigen que hagamos las piruetas
y a los chicos podamos alegrar.
Han pasado cuatro años de esta vida,
con el circo recorrí el mundo así,
pero nunca pude olvidarme del todo,
de mis tardes, de mi bosque y de mí.
En un pueblito alejado alguien no cerró el candado,
en una noche sin luna yo abandoné la ciudad.
Nuevamente piso el suelo de mi bosque,
otra vez el verde de la libertad,
estoy viejo pero las tardes son mías,
vuelvo al bosque y estoy contento de verdad.