Llegué a casa y busqué en el celular de el/la X algún número al que pudiera llamar. Encontré uno que decía Papi y llamé.
Papi: Hola
Yo: Hola
Papi: ¿Qué pasó?
Yo: Mirá, encontré este celular en la calle y lo quiero devolver.
Papi: Dale, es de mi hija, muchas gracia.
Quedamos en que se lo dejaba en la recepción de la UM después de las dos.
No es por ser buena, aunque lo soy, sino porque a mí me embolaría perder todos los contactos de mi celular. Por eso lo quería devolver, además de que el celular no estaba bueno.
Cuando le pregunto a Majo, la recepcionista de la UM, si lo habían pasado a buscar, me da un chocolate: “Te lo dejo el papá de la chica para agradecerte”. Estos son los detalles que se valoran.